El Mudéjar
Durante ocho siglos la Península ibérica quedó dividida entre la Cristiandad y el Islam, dos culturas enfrentadas política y religiosamente. En un primer momento comunidades de cristianos (mozárabes) y de judíos vivieron como tributarios bajo el dominio musulmán, época en la que numerosos cristianos se convirtieron al Islam (muladíes). Pero después, cuando la reconquista cristiana comienza un avance imparable, fueron los musulmanes vencidos (moros o mudéjares) y los judíos los que se convirtieron en súbditos de los reyes cristianos.
Este contacto continuo entre la Cristiandad y el Islam va a favorecer el nacimiento de un estilo, de un arte híbrido donde lo musulmán y lo cristiano se funden en una nueva plasmación artística que materializa una realidad concreta: la de una sociedad plural.
Mudéjar deriva de la palabra árabe «mudayan», utilizada desde el siglo XIII. El vocablo mudéjar define a los musulmanes que siguieron viviendo entre los vencedores cristianos a cambio de un tributo.
El primer factor que posibilitó el nacimiento del arte mudéjar fue la fascinación que la sociedad cristiana sintió ante las manifestaciones artísticas del Islam. A este respecto basta recordar que los objetos de orfebrería o los tejidos musulmanes fueron muy apreciados por toda la cristiandad desde el principio de la Edad Media. El avance de la reconquista incorporó a los dominios cristianos un ingente patrimonio monumental islámico, entre el que sobresalen los alcázares y las mezquitas que se convierten en alcázares de reyes cristianos y en catedrales. No sólo se mudejarizó la población árabe sino también los monumentos. Éste fue el primer paso para el nacimiento del arte mudéjar: la aceptación social del arte islámico. De todas formas la aparición del arte mudéjar no es inmediata, justo después de la reconquista del territorio, sino que se produce cuando la asimilación de lo árabe por lo cristiano y de lo cristiano por lo árabe es manifiesta, esto es, cuando la sociedad medieval española crea su idiosincrasia propia.
El mudéjar ocupó un lugar bajo en la escala social, poseyó un buen oficio que incluía las tradiciones constructivas interiores, igual que la decoración, ciertos conocimientos de geometría que les permitían dibujar los complicados entrelazos en las labores de carpintería o llegar a organizar los ábsides de las iglesias convenientemente divididos en múltiples lados de un polígono de base. Al tiempo, en contacto con los cristianos, fueron en ocasiones, al menos posteriormente a las fechas citadas, capaces de copiar sus técnicas.
Por otra parte, los mudéjares ocuparán su tiempo en distintas dedicaciones profesionales de artesanía, entre las que la carpintería, con sus derivados, y la albañilería, jugarán un papel destacable. Otros grupos numerosos habitarán el campo dedicándose a sus labores con una habilidad técnica que revertirá positivamente en la economía del país.
En un territorio pobre en piedra se desarrolla una arquitectura basada en el ladrillo, material que ya se conocía en el siglo V, y en el yeso.
Son propios del mudéjar los arcos de medio punto y los frisos de esquinilla. Las portadas y los ábsides son los que mejor recogen las estructuras arquitectónicas de este arte.
Otro de los elementos estructurales de raigambre islámica, fundamental en el sistema de arquitectura mudéjar, son las armaduras de madera para cubierta, tanto las de par y nudillo como las de limas. Fernando Checa ya subrayó que las armaduras de madera constituyen uno de los hallazgos más felices del arte mudéjar, que además tiene una gran continuación en la arquitectura de la edad moderna tanto en España como en Iberoamérica.
En Cisneros existen notables ejemplos del arte mudéjar, sobresaliendo entre todos el magnífico artesonado de la Iglesia de San Facundo y San Primitivo.
También merecen destacarse otros ejemplos mudéjares como los artesonados de la Ermita del Cristo del Amparo y de la Iglesia de San Pedro (hoy en día oculto por la restauración que se hizo), la orfebrería, escultura, etc, arte que también podemos encontrar en numerosos pueblos de la comarca, como Becerril de Campos, Mazuecos de Valdeginate, Fuentes de Nava, entre otros.
El mudéjar era un arte popular, cuyos artesanos utilizaron materiales sencillos, ladrillo para los exteriores, así como yeserías y artesonados para los interiores, que no debería despreciarse puesto que forma parte de la historia y del color de nuestros pueblos.