Comenzamos una parte que siempre despierta gran interés, porque nos ayuda a conocer un poco más a personas que han sido pilares importantes en nuestro municipio de Cisneros, bien sea porque son significativas en nuestro pueblo, están vinculadas a él o que realizan una actividad que nos parece merecedora de reconocimiento.
Este año el homenaje va dirigido a D. Aurelio de Santiago y Muñoz, religioso benedictino cisneriense.
Este religioso fue un gran historiador y recopilador de nuestra historia de Cisneros y de la figura del Cardenal, que poseía una gran cultura, algo no demasiado frecuente en los primeros años del siglo XX, donde la cultura estaba reservada para unos pocos, y entre ellos, estaba el clero, que tenía un mejor acceso a los conocimientos de la época.
Aurelio de Santiago y Muñoz, nace en Añoza el 2/12/1870.
Presbítero, Capellán de las monjas del convento de Santa Catalina y fundador del Sindicato Agrícola Católico en el año 1912.
Era un verdadero investigador, y se dedicó a poner en orden todos los archivos parroquiales, elaborando un índice del archivo antiguo, que en la actualidad está desaparecido. Estos trabajos realizados por él han facilitado muchísimo la tarea a las personas que se han dedicado, como él, a recopilar datos históricos de gran valor.
Nuestro homenajeado dedicó varios años de su vida a revisar documentos para elaborar la historia de la villa, y puso sobre la mesa la hipótesis muy bien fundamentada que el lugar de nacimiento del Cardenal Cisneros no había sido Torrelaguna, sino el pueblo terracampino que le da el nombre al Cardenal. Comienza a trabajar en ese asunto en la década de los años veinte del pasado siglo, no haciendo públicos los resultados de su investigación hasta que estar seguro del todo de sus afirmaciones. Una confidencia hecha a un periodista echa al traste su intención en la documentación de las pruebas. Su trabajo llevaría por título La patria del Cardenal Fray Francisco Jiménez de Cisneros es la provincia de Palencia, la Villa de Cisneros . Comienza la publicación de su trabajo de investigación en periódicos de tirada provincial y regional, entre los años 1929 y 1930, pero lo deja inconcluso a causa de su muerte, que acaece en Cisneros un 30 de marzo de 1945. Gracias a esas publicaciones se conocen temas y datos tan interesantes como son Las Capitulaciones y convenio de los Bravo de Acuña con el convento de Santa Catalina de Cisneros, donde se habla, en alguna cláusula de la obligación de los monjes de celebrar misas por el alma tanto de D. Juan Bravo de Acuña y su pariente religioso y político, que no es otro que el Gran Cardenal.
Esta polémica y su hipótesis, a día de hoy, sigue suscitando interés, y es el misterio aún sin resolver, ya que no ha aparecido ningún documento que acredite su lugar de nacimiento, aunque recientemente, Álvaro García de Castro, autor del Libro la Villa de Cisneros de Campos, sí encontraría uno que habla de la villa natural del Cardenal en la casa que perteneciera a los Bravo de Acuña. ¿Sería este el documento del que tanto hablaba nuestro homenajeado?
Nunca lo sabremos. Lamentablemente todos los documentos y trabajo que realizó han desaparecido y nadie sabe donde se encontrarán, lo que es una verdadera lástima.
Esto que aquí hoy se pretende no es más que una pincelada de su talentosa vida, y en ningún momento nos proponemos recoger todos sus trabajos e investigaciones, simplemente que tenga ese reconocimiento que hoy la Fundación Cardenal Cisneros quiere tener con él.