Homenaje a los Alcaldes de Cisneros

 El pasado diciembre se cumplieron 40 años de vigencia de la Constitución Española, la gran Carta Magna que trajo modernidad a nuestro país, libertades a sus ciudadanos y un marco normativo sólido a sus instituciones, la base sobre la que nuestro país ha construido un Estado democrático y de Derecho, estable, y bajo cuyo manto hemos consolidado un modelo territorial en el que los Gobiernos Locales hablamos con voz propia.

El 8 de diciembre de  1978, con su respaldo al texto constitucional, los ciudadanos manifestaron su voluntad de abrir una nueva etapa, de vivir bajo un sistema diferente, de contar con vías para mostrar su opinión y de tomar parte en los destinos de su país. Una de esas vías se abrió para hacerlos partícipes del devenir de sus espacios más próximos: los de sus municipios. Así se dejó constancia en el artículo 137 de la Constitución que subraya que “El Estado se organiza territorialmente en municipios, en provincias y en las Comunidades Autónomas que se constituyan. Todas estas entidades gozan de autonomía para la gestión de sus respectivos intereses”.

El reconocimiento de los Gobiernos Locales, “municipios y provincias”, como parte de esa organización, en pie de igualdad con las Comunidades Autónomas, es el punto de partida de un derecho, el de la autonomía local, que la propia Constitución garantiza de manera expresa en el artículo 140.

Conmemorar estos 40 años de municipalismo es celebrar el progreso de España, un progreso al que las Entidades Locales han contribuido de manera decidida desde la proximidad a los ciudadanos. Significa rendir homenaje a los españoles que, guiados por este texto, han optado con sabiduría por la democracia y el Estado de Derecho.

Cartel XIX Fiesta de exaltación del Cardenal Cisneros

Durante estos 40 años desde aquel 3 de abril de 1979, nos hemos enfrentado a cambios muy profundos  en la sociedad en general. Entró aire fresco y renovado, y con él se removieron nuestras costumbres y hábitos. Recién aprobada la Constitución como mejor instrumento de cambio, fue posible esa transición política y pacífica entre todos los españoles de la que tanto hemos oído hablar. Palabras como libertad, igualdad estaban presentes en nuestro lenguaje cotidiano, buscando, en definitiva, la dignidad de las personas.

Se dio el protagonismo propio que sin duda merece el mundo local  y los ciudadanos comenzaron a participar de manera directa en los asuntos públicos. Qué buena cosa  poder elegir a quien nosotros creemos que mejor representa nuestros intereses al frente de la administración más cercana al ciudadano, es decir, el Ayuntamiento!  Los Alcaldes y la Corporación Municipal dejaron de estar formados por las «fuerzas vivas» del pueblo y sus candidatos se sometían a elección a través de un sufragio universal, con un voto que  libre y no condicionado; secreto, votando según presencias, donde cada voto valía lo mismo, cumpliendo todas las garantías necesarias para que las urnas hablasen cada cuatro años y se cumpliera la voluntad elegida por la mayoría. Los Ayuntamientos vistos  como prestadores de servicios y donde la dignificación de las condiciones de vida de los vecinos se convirtió en una de sus prioridades, para ello, la cercanía, la honestidad y la participación son esenciales para su buen funcionamiento.

Se empezó a rendir cuentas de la gestión ante los ciudadanos, algo a lo que no se estaba acostumbrado y se sabía que las urnas examinarían regularmente cada cuatro años. Eran tiempos donde se trabajó para la aprobación de la Ley de bases del Régimen Local para dar solución a los problemas del día a día en el municipio y ayudar a buscar solución a los nuevos retos a los que nos enfrentábamos, porque todos esos cambios vinieron acompañados de nuevas formas de vida, y una consecuencia grave para nosotros, los pueblos, es  la sangría poblacional que padecemos desde los 70, siendo muchas las causas y no con una sola solución, la cual es necesario que se ponga en marcha ya para revertir esta situación. Este es el reto mayor al que nos enfrentamos ahora es, la de sobrevivir.

También fueron tiempos donde se trabajó para consolidar el Estado de las Autonomías, con las transferencias de competencias y asunción de responsabilidades. De eso saben bastante más mis antecesores en el cargo que yo, porque posiblemente formaron parte del orden del día de las sesiones plenarias y muchas reuniones.

Somos tres Alcaldes y una Alcaldesa los que hemos estado al frente de la gestión en nuestro Ayuntamiento, y las necesidades no han sido las mismas, ni muchísimo menos, en todo este periodo. Los primeros alcaldes tuvieron que cubrir las necesidades más imperiosas del municipio, dotar de los servicios esenciales que son propiamente competencia municipal, tales como abastecimiento, saneamiento, alcantarillado,  alumbrado, pavimentación y recogida de basuras, por ejemplo, aquí como en todo se evolucionó considerablemente. De pasar a tirarlo a los molederos, a la recogida en carro y burra, para finalmente estar gestionado a través de las mancomunidades y llevarlo a las plantas de reciclaje. Eran tiempos en que  primero había que tener cubierto lo esencial para después empezar a pensar en otro tipo de «necesidades secundarias», lógico.

Ayuntamiento de Cisneros
Ayuntamiento de Cisneros

A principios de los 70 se había trabajado en asfaltar las calles, donde los vecinos habían aportando su trabajo, con lo que se llamaban peonadas. Se estaba terminando de llevar el abastecimiento y el saneamiento a todos los hogares, y por ende, había que trabajar en nuevas captaciones de agua que pudieran abastecer con regularidad a todas las casas. Primeramente el agua debía de ser suficiente y luego  debía de tener un correcto tratamiento de potabilización para que cada vez fuera de mayor calidad, además de salubre, y eso es en lo que todos estos años se ha estado trabajando desde cada una de las corporaciones municipales y que sin lugar a dudas nos ha quitado el sueño y dado más de algún disgusto.  Crear zonas verdes, que hasta entonces ni se había pensado en ello y poner en marcha zonas dedicadas al ocio y el deporte.

Ahora en la actualidad se sigue trabajando en prestar esos mismos servicios esenciales que hemos citado y en otros servicios que son muy necesarios para que nuestros pueblos no se vacíen. Ante estos nuevos retos, buscamos que la vida en Cisneros sea lo suficientemente atractiva y cómoda como para que nuestros vecinos decidan instalarse definitivamente con cartel de «abierto todo el año» sin renunciar a demasiadas cosas por ello.

Creo que en estos 40 años de nuestra historia municipal habrá habido errores, pero también grandes logros tales como conseguir que nuestros mayores no tengan que abandonar su hogar cuando ya no pueden vivir solos por las limitaciones propias de la edad, que no tengan que desarraigarse del lugar que les vio nacer; esto a la vez que su cuidado es motor de desarrollo económico con creación de puestos de trabajo: la residencia

También dotar al municipio de infraestructuras que nos permitan desarrollar una actividad cultural y deportiva continuada a lo largo del año para aquellos que apuestan por no cerrar sus casas en los duros y largos inviernos estén en igualdad de condiciones de acceso a la cultura y ocio.

Por supuesto, otros aciertos han venido de la mano de la toma de conciencia de lo afortunados que somos y se ha trabajado en la conservación, recuperación y puesta en valor de nuestro rico Patrimonio Artístico. Poniendo en valor la gran grandeza del Mudéjar y nuestros espectaculares artesonados, así como  de los artistas del Renacimiento que aquí trabajaron, por ejemplo Francisco Giralte y la creación del Museo de San Pedro

Cuidar nuestra imagen a través del embellecimiento de nuestros cascos históricos y sus casas blasonadas.

La puesta en marcha de la Fundación Cardenal Cisneros como ente creador, impulsor y promotor de la cultura, dando a conocer la gran importancia histórica del que fuera regente en dos ocasiones en España, ese gran hombre de Estado e impulsor de las letras y las artes que creó la Universidad de Alcalá de Henares que fue el Cardenal Cisneros, cuyos antepasados descansan en bellos sepulcros en nuestro pueblo.

Que nuestros niños puedan recibir su formación y educación en la localidad desde edades tempranas en el colegio de nuestro pueblo; garantizando que los jóvenes tengan cierta facilidad para poder acceder a la vivienda, que aquellos que tienen hijos puedan obtener ventajas en sus obligaciones tributarias,…Es decir, que nuestro pueblo sea un buen lugar para vivir, crecer, divertirse y desarrollar nuestro proyecto de vida.

Todos estos logros y aciertos no solamente es labor de estos cuatro Alcaldes y sus equipos que hemos trabajado estos últimos cuarenta años, sino también de la participación de los vecinos y  todos aquellos que nos precedieron en el cargo y que intentaron mejorar la vida de los habitantes de Cisneros. Seguro que no me equivoco si digo a que todos nos ha movido un mismo fin, la de  mejorar y dignificar la vida de nuestros vecinos, cada tiempo ha traído unas necesidades diferentes y esas es a la que nos hemos ido enfrentando y a la que hemos dedicado nuestros desvelos y nuestro tiempo

A mi todos mis antecesores me  merecen todo mi respeto y consideración, y aplaudo la idea cuando se propone que en esta edición el homenaje que cada año dedica la fundación a un colectivo diferente y dada la fecha de 40 años de municipalismo. Iba a ser dedicado al primer alcalde de la democracia municipal, algo a lo que se niega si no se rinde ese homenaje al resto de alcaldes y corporaciones, un gesto muy altruista por su parte, queriendo compartir tiempo y espacio con el resto de compañeros.

 Soy parte afectada me resulta un tanto pretencioso estar aquí como la institución que homenajea y al final he visto que soy homenajeada. Lo tomo como un honor por la oportunidad que cada día se me brinda de poder hacer un servicio a este pueblo al que quiero tanto.

Rosa María Aldea Gómez
Alcaldesa de Cisneros