Como viene siendo habitual, en los actos del Día de Exaltación del Cardenal se celebra un homenaje a personas significativas en nuestro pueblo, vinculadas a nuestro municipio o que realizan una actividad. Este año el homenaje va dirigido a un colectivo que está actuando de manera muy significativa en Cisneros.
Las hijas de la Caridad es una Congregación religiosa de carácter internacional. Fundada en el siglo XVII, en el año 1633. Los Padres fundadores son San Vicente de Paul y Santa Luisa de Marillac.
Ayudan a los pobres y marginados con humildad, sencillez y caridad. Están motivadas por el amor a Jesucristo y fortalecidos por una profunda vida de oración.
Viven en comunidad, apoyándose en su misión de común servicio.
Hacen voto especial de pobreza, castidad y obediencia, además hacen uno especial de servicio a los pobres.
Sus votos son no religiosos, renovables anualmente, el día 25 de marzo, Día de la Encarnación. Se distribuyen por provincias, existiendo en España actualmente nueve provincias:
Gijón, san Sebastián, Pamplona, Barcelona, Madrid, Granada, Sevilla y Canarias. Cisneros pertenece a la provincia de Sn Sebastián.
Los ámbitos en los que actúan son la educación, los ancianos, la formación, los hogares infantiles, Obra Social, pastoral, sanidad… entre otros. Como vemos, es un abanico muy amplio donde estas religiosas actúan en una vida dedicada al servicio de los demás.
Han recibido numerosos premios, incluido el Príncipe Asturias de la Concordia, en el año 2005 por su excepcional tarea social y humanitaria en apoyo a los más desfavorecidos.
Si nos centramos en Cisneros, comienzan a realizar su labor a principios de siglo, concretamente en el año 1902, en el Hospital Ntra. Sra de los Dolores, una fundación dotada con bienes de D. Vicente de Guzmán Andrés, señor humilde de Cisneros que se casa con una marquesa de Sevilla, sin descendencia y dona el capital para la creación de una fundación destinada al cuidado de los enfermos y humildes del pueblo de Cisneros. Se instala en una casa de la Calle Santa Ana.
Tal y como reza la placa: Este hospital Ntra. Sra. De los Dolores y escuela de párvulos se funda en el año 1902 con bienes de D. Vicente de Guzmán Andrés, siendo D. Hermenegildo Docio Andrés, sobrino y albacea. Su patrono es D. Germán Fernández Docio. El administrador, el Sr Capellán del establecimiento.
A este fin acuden cuatro de Hijas de la Caridad. Se les abona para su sostenimiento 1,50 pesetas por día y persona. Sólo pueden ingresar enfermos que reúnan las condiciones de haber nacido en Cisneros, estar inscritos en el padrón de pobres con derecho a asistencia médico-farmacéutica gratuita municipal, no padecer enfermedad crónica, infecto contagiosa, ni que exija para su tratamiento alguna operación. Se ingresa una peseta por cada enfermo que ingresa y día que permanece en el hospital, como pensión, de la que las Hijas de la Caridad han de satisfacer todos los gastos que ocasione: alimentación, ropas, tratamiento,…Para la asistencia médica está encargado el médico titular, que lo hace de manera gratuita.
Las salas de enfermería son dos, la de San Vicente y la de San Hermenegildo.
Las hijas de la Caridad dejan de prestar sus servicios de cuidados a los enfermos y a la escuela educativa de párvulos hacia el año 30, llegando las Religiosas de San José y posteriormente las Religiosas Dominicas del Santísimo Rosario dedicadas a la enseñanza, para que puedan venir, muchos padres tienen que firmar un compromiso para enviar a sus hijas, comprometiéndose el Ayto en la aportación a la causa una cantidad anual. El Colegio llega a tener hasta 100 internas, teniéndo su mayor auge en los años 50 del siglo XX.
Pero centrándonos en nuestro homenaje a las Hijas de la Caridad, éstas vuelven a nuestra localidad en el año 1993, tomando como referencia la Fundación de Ntra Sra de los Dolores fundada en el año 1902, se reactiva, y en febrero de ese año vienen nuevamente a Cisneros y se instala la Comunidad, inicialmente tres hermanas, estando en la actualidad cinco religiosas, con el fin de prestar sus servicios en la residencia de ancianos que abre sus puertas en 1993 con una capacidad de treinta ancianos, ampliándose a 49las plaza en el año…..Dirigida por un Patronato, actualmente compuesto por nueve miembros, de los cuales tres son patronos natos, entre ellos la Dirección, llevada a cabo por la Hermana Sirviente, lo que conocemos por superiora.
Han pasado cinco hermanas sirvientes y varias hermanas que han prestado unos años de su vida en nuestra localidad a esta gratificante tarea del cuidado de los ancianos, muchos de ellos de Cisneros, otros de la comarca y provincia, lo que nos ha permitido además de mantener una población en el medio rural, cosa bastante difícil, que nuestros ancianos tengan una vida de calidad, rodeados del cariño, cuidado y una atención totalmente personalizada. La que se merecen. Muchas de estas hermanas han dejado huella en los corazones, han participado de manera activa en la vida diaria de nuestro municipio, y hoy son queridas y recordadas.
Desde esta Fundación Cardenal Cisneros, sirva este pequeño homenaje como reconocimiento y gratitud, en nombre de los ancianos, de las familias y todo el pueblo de Cisneros por su dedicación, por permanecer en nuestro pueblo, sabiendo que tienen multitud de destinos en los que establecerse, sabiendo lo difícil que es mantener casas abiertas cuando se están enfrentando a una falta de vocación bastante generalizada, pero a pesar de todo, siguen estando aquí, entre esta comunidad de Cisneros.
Hablo como Presidenta de la Fundación, pero también hablo como Presidenta del Patronato, conociendo de su tarea diaria, de su dedicación a nuestros mayores, y sabiendo, para consuelo de las familias, que nuestros mayores no pueden estar en mejores manos.
Por todo su trabajo a principio del siglo XX, sembrando unos principios, por continuar aquí en el siglo XXI
La Visitadora Provincial Sor Manuela…. Recogen este pequeño obsequio, consistente en un Bonsái, símbolo de las raíces que estas dos comunidades, la religiosa y este pueblo de Cisneros mantienen desde tiempo atrás, que al igual que el bonsái necesita de largos períodos y épocas vividas para que tengan el valor que tienen y que aquí, con este pequeño homenaje queremos simbolizar.
En nombre de lo que represento y en el mío propio, de verdad, muchas gracias por esta labor que estáis haciendo en Cisneros.